Seguro que conoces el famoso póster de una mujer con un pañuelo rojo de lunares en la cabeza, un mono de trabajo y levantando el brazo para demostrar su fuerza. Tras ella un eslogan que reza: We Can Do It! (Podemos hacerlo). Este se ha convertido en uno de los símbolos feministas modernos más reconocidos en nuestros días.

Bien. Pues ella es conocida como «Rosie the Riveter» o «Rosie la Remachadora» y hoy vas a conocer toda la historia. Pues esta afirmación no del todo cierta…
Vas a descubrir toda la verdad. Pero no solo la parte «amable»…también desvelaremos que se escondía tras este símbolo que ha pasado a ser uno de los iconos feminista por derecho propio.
- La canción «Rosie the Riveter». La inspiración previa al póster
- «Rosie la Remachadora» y la historia detrás del póster de «We Can Do It!»
- El autentico póster de «Rosie the Riveter»
- ¿Quién era la mujer del póster «We Can Do It»?…mal llamado «Rosie la Remachadora»
- Un poco de historia nunca viene mal
- El empoderamiento de la mujer…¿o no?
- Todo cambió tras la guerra. Las «Rosies» perdieron sus privilegios. ¿Machismo encubierto?
- «We Can Do It!» Símbolo del feminismo moderno
- Merchandising de «Rosie the Riveter» y de «We Can Do It!»
- Conclusión final
La canción «Rosie the Riveter». La inspiración previa al póster
El concepto de «Rosie the Riveter» comienza en 1942 cuando John Jacob Loeb y Redd Evans compusieron una canción que animaba a las mujeres y amas de casa a trabajar en las fábricas militares y de abastecimiento para la Segunda Guerra Mundial.

Cover of the published music to the song «Rosie the Riveter» (1942)
Fue un éxito nacional y contribuyó en parte a la propaganda desarrollada por el gobierno para «reclutar» nuevas trabajadoras.
En ella se contaba la historia de «Rosie», una incansable trabajadora que contribuía con su constancia y eficiencia a la producción de armamento y el suministro militar durante la guerra. Ella era por lo tanto de gran ayuda para su país y ensalzaba así sus valores patrióticos.
Puedes escuchar la canción en Youtube si lo deseas en este enlace.
Según cuentan la canción esta inspirada en una mujer real, Rosalind P. Walter.
Rosalind o «Rossie» trabajó durante la Segunda Guerra Mundial en una fabrica de New York como remachadora en la linea de aviones «Corsair».
Tras la guerra fue una reconocida y apreciada filántropa que contribuyo de forma activa a promover la cultura en Norteamérica.
«Rosie la Remachadora» y la historia detrás del póster de «We Can Do It!»
Ahora toca hablar de como surge este ícono cultural y símbolo feminista y como fue utilizado por la propaganda estadounidense para animar a las amas de casa de clase media a trabajar en las fabricas.
El famoso póster esta ilustrado por J. Howard Miller para la compañía Westinghouse Electric.
Y este famoso póster no es el autentico «Rosie the Riveter».Esto te lo cuento más abajo.
Pero no fue solo un póster. En realidad este tipo de carteles se intercambiaban cada cierto tiempo con imágenes y eslóganes similares tratando así de motivar y animar a sus trabajadoras.

Esto quiere decir que había muchos más carteles de este tipo y que estos pasaban desapercibidos para el gran público. Simplemente formaban parte del «atrezo» motivacional empleado por las fábricas para animar de una manera subliminal a sus empleadas.
Aquí podemos ver otro ejemplo del tipo de póster utilizados en aquella época para alentar a las mujeres trabajadoras.
Tuvieron que pasar cuatro décadas para que el póster de «We Can Do It!» que todos conocemos adquiriera popularidad y terminara convirtiéndose un símbolo de la superación de la mujer.
La fama llego en la década de 1980 cuando la publicación fue rescatada como imagen por la igual laboral entre hombres y mujeres y se convirtió rápidamente un símbolo del feminismo.
El autentico póster de «Rosie the Riveter»
Quizás te parezca un poco osado por mi parte tildar de autentico o no un póster que data de la década de 1940. Pero no lo digo yo. Lo dicen los historiadores.
La imagen del «autentico» póster te «Rosie la Remachadora» corre a cargo de Norman Rockwell, un famoso ilustrador estadounidense. Su imagen fue portada del Saturday Evening Post y en ella se retrataba a una mujer corpulenta y fuerte que portaba una «pistola remachadora» en su regazo y una fiambrera donde podía leerse claramente el nombre de Rosie.
Rápidamente todo el mundo asoció dicha imagen con la canción popular «Rosie the Riveter» y la imagen tomo el nombre de inmediato.
El simbolismo como arma del feminismo institucional
Fijándote bien en la imagen verás que esta llena de simbología. Es casi imperceptible pero este tipo de mensajes tienen un gran calado. Te animo a leer un poco más y después puedes mirar detenidamente la imagen. Verás que no es un simple dibujo. Su intención va mucho ya lejos.

Saturday Evening Post 1,943 cubierta con Rosie la remachadorac
«Rossi» no solo porta una remachadora haciendo honor a las trabajadoras de las fabricas de armamento militar que apoyaron con su trabajo a su nación. También esta pisando un ejemplar del famoso Mein Kampf de Hitler.
Incluso las chapas que luce en su mono de trabajo hacen referencias patrióticas. Una es de los donantes de sangre de la Cruz Roja, una V de victoria, otra para la asociación de madres con hijos soldados Blue Star Mothers, otra más al reconocimiento de excelencia en la producción y dos premios al servicio civil.
Por supuesto, la bandera de los Estados Unidos esta de fondo.
Esta es la primera alusión a «Rosie the Riveter» en formato gráfico (pues ya hemos visto antes que la canción era la primera referencia). La imagen data de 1943 y esta se considera ha día de hoy como la primera ilustración de «Rosie la Remachadora»
Cuentan que Rockwell se inspiro en una chica de 19 años que vivía cerca de él y, aunque no la retrató fielmente, le sirvió de inspiración para su ilustración. Ella era Mary Doyle, una operadora telefónica residente en Vermont.
Posteriormente Rockwell le pidió disculpas a Mary por no haber sido honesto a la hora de ilustrar su imagen ya que Rockwell la dibujó mucho más corpulenta de lo que ella era en realidad.
¿Quién era la mujer del póster «We Can Do It»?…mal llamado «Rosie la Remachadora»
Durante muchos años se ha creído que la mujer detrás del famoso cartel «We Can Do It!» era Geraldine Hoff Doyle, pero investigaciones posteriores no están de acuerdo con dicha afirmación.
Aquí podemos ver a Doyle a la edad de 17 años. Pero fue muchos años después, concretamente en 1984, cuando encontró el rescatado póster para la causa feminista en una revista. Junto a este se adjuntaba una fotografía en la que Miller podría haberse inspirado para su ilustración.
En ella se veía una mujer trabajando en un torno industrial de línea. Doyle se reconoció tanto en la fotografía como en la ilustración y pensó que podría ser la mujer detrás del famosa ilustración de J. Howard Miller.
Tras ponerse en contacto en 1990 con la historiadora Penny Colman, los medios dieron como valido esta teoría basándose solo en los datos que Doyle aporto.
Esto puede verse incluso hoy en día en periódicos y medios de comunicación actuales.
No pienso que ella actuara de mala fe. Simplemente pensó que ella era realmente la chica de la fotografía, pues ella no dijo que conociese o hablase con Miller. Simplemente que ella se veía reflejada en aquellas imágenes. Y esto no quiere decir que Doyle intentara atribuirse ningún mérito de manera poco honrosa.
¿Quién era en realidad la mujer del póster «We Can Do It! «?
Fue el profesor James J. Kimble de la Seton Hall University , quien investigando el origen de la fotografía que inspiró a J. Howard Miller para su famosa ilustración, declaró que la mujer que operaba aquel torno industrial era Naomi Parker Fraley.

Durante la Segunda Guerra Mundial Naomi Parker trabajó en la fabricación de aviones en Alameda, California. En la fotografía puede verse a Naomi Parker operando un torno con el característico mono de trabajo y la clásica bandana utilizada para evitar que el pelo pudiera enredarse en la maquinaria y causar un accidente.
El profesor James J. Kimble, tras rastrear el origen de la fotografía, estaba seguro de que aquella mujer no podía ser Geraldine Hoff Doyle, ya que esta estaba en la secundaria y llevaba unas pocas semanas trabajando en la fabrica cuando se tomó la fotografía.
Kimble identifico a Naomi como la chica de la fotografía y concluyo por tanto que la candidata más indicada para ser la mujer que inspiro el cartel «We Can Do It!» era Naomi.
Aun así J. Howard Miller, autor de dicho cartel, no dejo ninguna anotación que pudiera desentrañar el misterio.
Un poco de historia nunca viene mal
Primero tenemos que situarnos en la década de 1940 para entender todo lo que viene a continuación.

La Segunda Guerra Mundial había dado comienzo y los Estados Unidos participaron activamente en ella. Eso significa que miles de hombres (unos 12 millones según algunos historiadores) fueron mandados lejos de sus casas para combatir.
Esto dejo las fábricas estadounidenses casi sin trabajadores y el gobierno animó a las mujeres a unirse a las factorías para poder sostener así el país.

Millones de mujeres recogieron el mensaje y comenzaron a unirse como trabajadoras activas realizando aquellas labores que sus padres, maridos o hermanos habían tenido que abandonar.
«Rosie the Riveter» representa por tanto no a una sola mujer. Representa a miles de mujeres.
Las mujeres demostraron así no solo su valía como trabajadoras más allá de sus trabajos domésticos, sino que además hicieron gala de sus valores patrióticos.
El empoderamiento de la mujer…¿o no?
Por un lado todas estas mujeres o «Rosies», como comenzaron a ser conocidas, consiguieron independencia económica y reconocimiento social. Pero detrás de todo esto hay una historia no contada. O al menos no visible a simple vista.
En contrapartida el gobierno de Estados Unidos encontró de forma sencilla grandes trabajadoras a un precio muy bajo. Estas «Rossies» eran abnegadas en su trabajo, eficientes y poco conflictivas de cara a sus superiores. Pero además eran una mano de obra muy barata con la que poder levantar de nuevo el país.
Podemos pensar que no hay nada malo detrás de esto. Y seguramente así hubiera sido. Eran tiempos difíciles, la Segunda Guerra Mundial suponia un gasto de recursos inimaginable para los EE.UU, tanto económicamente hablando como en bajas de soldados. No era descabellado pensar que ayudar a tu pais trabajando en las fábricas o los campos estuviera. Y así hubiera sido si tras la guerra el gobierno no se hubiera olvidado de ellas.
La industria de defensa fue la gran beneficiaria de las «Rosies»

Ya que el grueso de estas trabajadoras estaba formado por mujeres cuyos maridos eran soldados estas fueron la punta de lanza de las fábricas de armamento.
Realizaban todo tipo de trabajos, desde funciones de soldadura, fabricación de explosivos o montaje de aviones y bombarderos. Y como no…de remachadoras. «Rosie the Riveter» significa literalmente «Rosie la remachadora».
Todas estas mujeres demostraron su más que sobrada capacidad para realizar cualquier trabajo que fuera necesario.
¿Pero como consiguieron tanta repercusión?
- Tras una campaña publicitaria en toda regla y perfectamente orquestada por parte del gobierno estadounidense se consiguió que muchas mujeres trabajaran en las fábricas de armamento o provisiones de algún tipo, manteniendo así la maquinaria de guerra activa para poder sostener los gastos que una gran guerra conlleva.
- Se animaba a las mujeres a ganar un sueldo digno y conseguir así independencia económica.
- Las mujeres trabajadoras eran mujeres «glamourosas». No solo se permitió que estas fueran maquilladas a trabajar, si no que se fomento para lograr una imagen más atractiva que animara al resto de amas de casa.
- El reconocimiento social fue fomentado. Se animó a valorar y apoyar a estas mujeres, tanto si sus maridos eran soldados como si no, impulsando así aún más su participación. Fue llamado el «orgullo de esposa».
- Se crearon películas y videos como este que puedes ver en Youtube para animar a las mujeres a ser parte activa en la campaña de guerra.
El porcentaje de mujeres trabajadoras subió en un 10% durante aquellas campañas publicitarias.
Todo cambió tras la guerra. Las «Rosies» perdieron sus privilegios. ¿Machismo encubierto?
El papel de la mujer trabajadora tenía fecha de caducidad.
Tras la guerra muchas de aquellas mujeres perdieron sus trabajos y regresaron al trabajo de amas de casa independientemente de que hubieran sido o no buenas empleadas.
Como ejemplo fijaros en Wonder Woman. Si, el cómic.

Durante los tiempos de guerra se realzo la figura de la mujer luchadora capaz de hacer cualquier cosa y defender a su país por encima de todo.
Poco tiempo después de la guerra todo se termino. El cómic comenzó a ser una novela de romances y amor donde la superheroína termino realizando labores de ama de casa.
Y no me mal interpretéis. No hay nada de malo en ser ama de casa. Es un trabajo muy digno y poco valorado que merece un gran reconocimiento social.
Para profundizar en la historia de Wonder Woman puedes leer más aquí.
¿Fue el machismo la causa de esta la vuelta al hogar de las «Rosies»?

Si bien es cierto que me ha sido difícil encontrar documentación veraz sobre las verdaderas razones por las que las mujeres abandonaron las fabricas tras la guerra hay quienes aseguran que directamente fueron despedidas.
Muchas mujeres consideran hoy en día este tipo de maniobras orquestadas como un tipo de micromachismo para desplazar a la mujer a puestos considerados inferiores por los hombres.
«Bien hecho hermana. Nunca pensamos que pudieras hacer el trabajo de un hombre. Las mujeres americanas pasan el Test» Como bien reza el eslogan de este cartel el reconocimiento al trabajo de estas mujeres fue un mero chascarrillo. Una palmadita en la espalda por el trabajo bien hecho. Pero tranquila. Ya nos encargamos los hombres.
En un primer momento puede no parecer un gesto machista. Más bien es un reconocimiento al trabajo bien hecho. Si alguien no cree capaz a otra persona de hacer su trabajo está siendo prejuicioso, pero no necesariamente machista. ¿Cuántas de vosotras lectoras no veis capaz a vuestra pareja de hacer vuestro trabajo?
¿Es esto un tipo de micromachismo planeado?
Algunos aluden a una gran campaña por parte del gobierno para que las mujeres regresaran a trabajar a sus hogares. Los planes del gobierno para conseguir mano de obra barata ya habían dado sus frutos y todo debía «volver a la normalidad»
Hay quienes dicen que ellas cobraban el 50% del salario de un hombre. Esto sí podría considerarse machismo en toda regla.
» Pero, ¿por qué perder una mano de obra tan barata y eficiente? Esto no tendría mucho sentido por parte del gobierno.
Quienes defienden esta teoría lo justifican diciendo que este sueldo tan bajo era fruto de los tiempos de guerra en los que vivían y que tanto los hombres como las mujeres cobraban salarios más bajos de lo normal para poder fabricar así más armamento y víveres que contribuyesen a ganar la guerra.
» Otras fuentes por el contrario sugieren que ellas mismas renunciaron a sus trabajos debido a los bajos sueldos que percibían y a las largas jornadas de trabajo. Aluden a que no trabajaban por buscar un gran sueldo, sino por ayudar a su nación y a sus combatientes a ganar la batalla. Una vez terminada la guerra no tenía sentido para ellas seguir en esos trabajos.
»Por otro lado algunas fuentes señalan que muchas de ellas, aunque fuera un número bajo en comparación, conservaron sus trabajos y equipararon sus salarios al de los hombres antes de la guerra.
En cualquier caso las «Rosies» han sido un ícono de la cultura norteamericana y de un modo u otro han recibido ciertos homenajes a lo largo del tiempo.
Entre otros reconocimientos en 1990 se creo el «Rosie the Riveter Memorial» dentro del Parque Nacional en Richmond, California.
Pero no todo fue machismo. El racismo también formaba parte del juego
Según cuenta Betty Reid Soskin, guardabosques del parque nacional «Rosie the Riveter Memorial», en una entrevista para la BBC que puedes leer aquí mismo (en ingles) la historia de las «Rosies» es la historia de una mujer blanca.
Betty cuenta que una vez los hombres y mujeres blancas habían ocupado todos los puestos de trabajo, pero el gobierno necesitó más trabajadores, se reclutaron «obreros de color» para completar aquellos trabajos menos valorados.
Lo cierto es que ella nunca vio un remache o un barco. Su labor era la de rellenar «tarjetas personales» de tres por cinco pulgadas»
«¿Como ayudaría esto a ganar una guerra? se preguntaba Betty. Bueno, como pueden ver funciono…» Ella sonríe mientras cuenta la anécdota.
Betty tuvo mucha suerte al desarrollar un trabajo que no requiriera un gran esfuerzo, pero se encontró por primera vez con la segregación racial.
La segregación racial también era cosa de «Rosies»
Cuando ella era pequeña la población negra del norte de California antes de la guerra era una minoría. Ella no supo apreciar en aquellos momentos el racismo que más tarde experimento en primera persona.
«Si hubiera venido del Sur hubiera sabido que esa fuente de agua era para ti y esta otra era para mi…»
Betty Reid Soskin
Todo cambió el día que fue despedida de las oficinas de las Fuerzas Aéreas cuando uno de los supervisores descubrió que ella era una «mujer de color». Fue relegada a trabajos de cocina…
Esto dejo a una Betty de 20 años confundida y cuestionando que eran verdaderamente los valores patrióticos.
«En aquellos momentos no sabía muy bien quien era el verdadero enemigo»
Betty Reid Soskin
Pese a todo esto Betty se siente orgullosa de haber contribuido de un modo u otro a lucha por su país y cree importante que gracias a personas como ellas los visitantes del «Rosie the Riveter Memorial» puedan conocer todas las versiones de la historia.
Si quieres documentarme más sobre el tema te recomiendo leas el articulo completo de la BBC en el enlace que te dejé al principio de este capitulo.
«We Can Do It!» Símbolo del feminismo moderno
Ya hemos dicho que el cartel de We Can Do It! no fue utilizado como propaganda política o de reclutamiento por el gobierno de los Estados Unidos, sino que fue distribuido a nivel interno por la compañía Westinghouse Electric para animar a sus trabajadoras.
No fue hasta los años 80 cuando este póster retomo protagonismo y paso a ser un emblema de la superación de las mujeres, pero quizás la espera mereció la pena.
Esta ilustración de J. Howard Miller fue utilizada en diferentes medios y manifestaciones para promover la lucha de la mujer trabajadora, pero su verdadero auge llego unos años más tarde.
La imagen apareció en 1994 como portada de la revista Smithsonian y fue entonces cuando la imagen traspaso las fronteras americanas para convertirse en el símbolo feminista que es hoy en día.
En 2008 fue utilizada por distintos políticos estadounidenses en sus campañas para intentar ganar votos entres la mujeres. Trataban así de identificarse un poco con su causa, aprovechando las connotaciones y el poder visual que la imagen trasmite.
Pero no hay que irse tan lejos en el tiempo.
Actualmente algunos partidos políticos en nuestro país, cuyos valores a priori pueden alejarse mucho de la causa feminista, han utilizado este símbolo del feminismo para intentar dar una imagen más cercana a la lucha feminista.
Esto hace más difícil si cabe discernir donde empieza el símbolo del feminismo y donde termina la publicidad barata.
We Can Do It! en las redes sociales
Volviendo a la causa feminista y al uso del We Can Do It! como arma de buena fe, han sido muchas las mujeres que han participado o contribuido de algún modo en su conversión como símbolo del feminismo más moderno.
Desde artistas de Hollywood o celebrities a personajes de dibujos como Marge Simpson y muchos otras alusiones tanto en videoclips musicales como en videojuegos que nos recuerdan «Nosotras Podemos Hacerlo!»
Pero sin duda fue Beyonce quien en 2014 volvió a popularizar este icono a través de Instagram. Fueron millones las personas que interactuaron de un modo u otro con la publicación y muchas mujeres «copiaron su idea» (lo digo en el buen sentido) y la red se lleno de «Rosies».
El póster volvía a estar de moda e incluso hoy sigue siendo un recurso muy utilizado para «conmemorar» la lucha feminista. Incluso existen muñecos, tazas de café o patitos de goma en Amazon para recordarnos que hay que seguir luchando por la igualdad entre hombres y mujeres.
Tu también puedes hacer todo lo que te propongas. Y nadie tiene que decirte lo contrario.
En esencia ese es el mensaje final que encierra dicha ilustración. ¡Y nadie puede quitarte eso!
Merchandising de «Rosie the Riveter» y de «We Can Do It!»
¿Estás buscando un regalo original y que represente la lucha feminista por la igualdad de la mujer? este tipo de regalos pueden ser una buena opción.
Apelando al icónico cartel «We can do It» o «Podemos Hacerlo!» y a «Rosie la Remachadora» puedes encontrar desde el póster original a tazas de café, peluches, miniaturas, chapas, y por supuesto la camisetas de We Can Do It!…Seguro que encuentras uno que te guste.
Puede ser un regalo fantástico para una amiga o para el día de la mujer trabajadora por ejemplo.
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Conclusión final
Independientemente de los orígenes de «Rosie la Remachadora», de quien fuera la mujer tras la fotografía del torno o de la ilustración de «We Can Do It!», o quien fuera el autor del primer póster y cosas por el estilo…La verdad es que «Rosie» se convirtió en un ícono de la cultura POP y un símbolo feminista por derecho propio.
Teniendo en cuenta que la lo largo de la historia los símbolos van cambiando su significado (la famosa esvástica Nazi por ejemplo tiene muchas interpretaciones dependiendo de la cultura en la que sea utilizada) podemos apreciar el verdadero valor que encierra en mensaje We Can Do It! en la actualidad.
Por lo tanto, y bajo mi punto de vista, da igual la intención con la que fuese creado.
Hoy en día es un símbolo del feminismo moderno tan valido como cualquier otro. Solo tenemos que aprender a filtrar quién o quienes están detrás de su uso y así «evitar» que puedan aprovecharse de la causa feminista.
Si esto «ayuda» en cierta manera a la lucha por la igualdad de género entre hombres y mujeres ¡Bienvenido sea!
Queremos conocer tu opinión. Nos encantaría que nos dejaras un comentario y así podremos debatir sobre el tema…
Muchas gracias por leernos.